Después del laberinto: The Maze Runner: The Scorch Trial
Wes Ball es un director estadounidense, artista de efectos
visuales y diseñador gráfico. “The Maze
Runner” (2014) fue su ópera prima, “Maze
Rinner: The Scorch Trial” (2015) la siguiente no solo en la saga sino en su
filmografía y es el director de “Maze
Runner: The Death Cure” que estrenará en 2017.
T.S. Nowlin, filmografía: Los 4 fantásticos,
Agent 13, la trilogía Maze Runner, Our Name is Adam, Wild Guns.
Recordemos que “The
Maze Rinner: The Scorch Trial” es la
segunda parte de la trilogía adaptada al cine y escrita por James Dashner, cuya
primera estrenó en 2014 y se proyecta el estreno para la tercera y última de la
saga en 2017.
Claro que para poder comprender esta segunda entrega es
necesario haber visto la anterior, porque hay mucha data que si no se pierde y
se hace un poco enmarañado seguir la trama, por lo que intentaremos sintetizar
una pequeña sinopsis. En la primera parte de la trilogía, el personaje
principal, Thomas (Dylan O´Brien), despertaba sin ningún tipo de recuerdo en el
momento exacto en que un elevador lo llevaba a la superficie, a un pequeño
campo de jóvenes refugiados que viven encerrados en un trozo de terreno
limitado por un gigantesco muro, que se abre periódicamente sin que nadie
sepa con qué fin, pero lo que se sabe es que nadie regresa después de
atravesar sus puertas. Tras el muro, se extiende un descomunal laberinto
custodiado por centinelas monstruosos. Como es de esperarse, un grupo liderado
por Thomas logra finalmente escapar de ese laberinto y ser rescatados, aunque
lo única información que deja picando es que estaban allí por obra de una
empresa que se llama CRUEL y que ellos eran sus conejillos para quién sabe qué
experimentos.
Ahora bien, la segunda parte que es la que ahora nos ocupa,
arranca justamente en ese punto. Luego de ser rescatados son llevados por un
grupo de militares a una base para darles
asilo supuestamente con las mejores intenciones. El mundo se ha visto desbastado
por un virus letal que afectó a un altísimo porcentaje de la población y hay
muy pocos sobrevivientes a lo largo y ancho del planeta. Ellos, por haber sido
parte del experimento, son inmunes a los efectos letales del virus. Hasta aquí
nada de lo que no se haya visto antes en alguna que otra película del género.
La trama se aventura obviamente en intentar seguir escapando de aquellos que
pretenden utilizarlos para sus fines, y siguen siendo liderados por Thomas que
siempre enamorado de Teresa hará todo por mantenerla a salvo.
The Maze Runner 2
es interesante en el universo que plantea, en la riqueza de sus escenarios y
calidad visual. Pero todavía nos falta acceder al otro universo, aquel en el que se
provoca al pensamiento en los puntos claves del género. En esta segunda parte parece haber un esbozo proyectado a la idea de si la ciencia es la religión
regente y el científico el dios que tiene en sus manos el control de la
vida de los demás, en un futuro no muy lejano y en este, nuestro planeta tierra. Pero esta es una idea aún muy verde y veremos si en la
última de la saga esta temática logra alcanzar un culmine de reflexión, una
puerta al pensamiento.
Mucho menos inquietante y psicológica que la primera parte,
esta segunda entrega parece supeditarse únicamente a un filme de zombies entre
los cuales el antagonista se diluye o se pierde para dejarlos aparecer un rato (a los zombies me refiero) ,
pero que al menos la separa un poco de la temática que el cine de ciencia
ficción norteamericano nos viene presentando en toda una seguidillas de sagas
que, algunas mejores y otras peores, pero todas parecen intentar seguir siempre la
misma fórmula.
“The Maze Runner: The
Scorch Trial” prometía mucho más y se quedó a medias tintas, aunque eso no
la vuelve un filme aburrido tampoco llega a colmar las expectativas planteadas
en la primera parte. Aún nos queda la ilusión de que en la tercera entrega se
complete y se expanda, y quien dice, esta segunda parte se revalorice.
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